Me considero cuentista. El cuento tiene mi medida, se ajusta como un guante a mis posibilidades.

Escribo rápido y durante mucho tiempo leo y releo y corrijo. Cada palabra tiene que estar en su sitio. Cada relato tiene su orden interno y su propia música.

Como todo escritor, me he preguntado cuándo doy por concluido un relato o si existen relatos que no se acaban de escribir nunca. A día de hoy tengo mi propia respuesta. No soy yo quien decide estas cuestiones. Es el mismo relato el que manda. Porque ese cuento, en su mundo, existe y es en sí perfecto. Es mi reto parirlo en condiciones. Es mi reto llegar a él y encontrarlo en estado puro.

 


Contacto

Atención: Los campos marcados con * son obligatorios.